Lunes 18 Julio

Mateo 12, 38-42

 

~ Tres días y tres noches

estará el Hijo del Hombre en el seno de la tierra ~

 

En versículos anteriores, Jesús había dicho: “…les digo que aquí hay uno que es más que el templo”. Ahora también dice de sí, “aquí hay alguien que es más que Jonás… y aquí hay alguien que es más que Salomón”. Y es que, a pesar de los milagros que acompañan su predicación, los letrados que apoyan a los fariseos no reconocen el valor de lo que hasta ahora había realizado. Exigen el refrendo divino, como si tuviera que presentarles una credencial. No hay más señal que Jesús mismo y se niegan a reconocerlo. Jesús los remite a la historia de la que penden sus enseñanzas: la señal de Jonás, que es de victoria sobre la muerte, y la de los paganos de Nínive y la reina de Saba. Ellos fueron mejores que los judíos que se precian de ser fieles a Dios.

 

Fijemos nuestra mirada en la afirmación central de Jesús: “Habrá un juicio por generaciones”. Cada generación tiene la responsabilidad de discernir la propuesta de Dios; y de discernir, a su vez, “la señal de todas las señales que está por venir”, cuando tres días y tres noches Jesús esté en el seno de la tierra, para después resucitar.

 

Igual que aquellos dudosos amañados, que ponían en duda sistemática cuanto Jesús enseñaba y hacía, podemos estar nosotros hoy. Es probable que nos veamos reflejados en esa tentación de pedir siempre más signos a Dios para creer.

 

Recojamos la enseñanza de estas palabras de Jesús; es momento de sacudirnos las ideologías con que personajes de nuestro tiempo, semejantes a los letrados y fariseos, nos infunden un espíritu inmundo. Pues de la misma manera en que Jesús liberó a las masas de entonces, desea liberarnos a nosotros. Entendamos que ¡urge sacudirse toda ideología que nos impida creer y ver con claridad el proyecto de Dios! Sobre todo si consideramos que hay una sentencia contra quienes, habiendo sido liberados por Jesús, nos rehusemos a darle nuestra adhesión decidida: caeremos en un estado peor que el anterior, y los más desprotegidos volverán a ser sometidos a la injusticia de sus dirigentes.

 

¿Por qué, si tenemos una fe tan clara, no la actuamos de manera más plena?

 

¿Qué señales espero de Dios?

 

Oración:

Señor Jesús, me doy cuenta de que he recibido muchas señales en mi vida; en todas ellas aparece tu rostro. Gracias por liberarme de tantas ideologías de dominio y de poder que me han esclavizado. Ayúdame a sacudirme cada día las nuevas formas de control que me impiden seguirte con plenitud.

 

Permite que junto con los míos, en casa, renovemos cada día nuestra adhesión a ti; que gocemos de la mejor señal que nos has dado: la vida, la verdad y el amor. Que a través de las señales sencillas del día a día, sigamos experimentando tu presencia y gocemos de sabernos llamados a la salvación. Amén.

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