Las Voluntades

Martes 15 Diciembre

Mateo 21, 28-32

 

~ Le respondió: “No quiero”,

pero después se arrepintió y fue ~

 

Jesús tiene de frente a los mismos interlocutores, los juristas. Les aplica esta parábola. Los pone por debajo de las dos categorías más despreciadas: los publicanos y las prostitutas.

Ellos se mantienen en su pretensión. Bajo una aparente fidelidad a sus leyes, se hunden en la más absoluta infidelidad a Dios.

Sucede hoy también. Quien más, quien menos, a veces nos descubrimos tentados de oponernos a la voluntad de Dios, para seguir nuestra propia voluntad. Es un deseo de autonomía, quizás no del todo entendida.

Pero hemos de aceptar que seguir la voluntad de Dios no rompe con la nuestra. No implica una esclavitud que violente nuestra autonomía.

Jesús atrae nuestra voluntad a un nivel más alto del que podemos llegar por nosotros mismos, para unirla a la voluntad de su Padre.

La salvación de Jesús consiste en esto, en insertar la voluntad de la creatura en la voluntad de Dios; así es como Dios transforma nuestra humanidad y nos redime.

Jesús nos introduce, si lo aceptamos, a entrar en este movimiento suyo: negar nuestra voluntad para que la decisiva voluntad del Padre de Jesús, que es libertad, verdad y amor se cumpla.

Hoy podemos declarar confiados, como Jesús: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”.

 

Oración:

Señor, te agradezco este ejemplo. Hacer mi voluntad en la tuya, es muy consolador. Me arranca del aislamiento de mi vida caduca, para elevarme a un horizonte mayor. Gracias por mi trabajo y mi familia, en ellos y con ellos, deseo hacer tu voluntad. Amén.