(190 pág.) (Año 2015)
La pastoral presbiterial no es una prioridad, sino una emergencia en el momento político y social que vive nuestro país. Nos queda claro que el trabajo por cuidar la dimensión humana, espiritual, intelectual y pastoral del sacerdote, a la vez que nos pone en camino de la formación permanente, nos demanda un cambio en nuestra forma de vivir.