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11 junio, 2021

Sujetémonos Por Amor

Sábado 12 Junio, El Corazón Inmaculado de María

Lucas 2, 41-51

 

~ Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos.

Su madre conservaba cuidadosamente

todas estas cosas en su corazón ~

 

En el evangelio de hoy, contemplamos a Jesús adolescente que desea responder a su vocación más alta en Dios. Tiene necesidad de ocuparse de las cosas de su Padre. Por eso se quedó en Jerusalén mientras sus padres hacían día y medio de camino. Había aprendido de José y María a vivir el celo por Dios y por el templo, subiendo cada año a Jerusalén para cumplir con la ley. Pero ahora se ve en la necesidad de responder también a su vocación humana en el ámbito de la autoridad familiar. Hoy escuchó el reclamo de su madre: “¿Por qué te has portado así con nosotros?” Y respondió en tensión por su amor a Dios y, al mismo tiempo, por amor a su familia, que debía ocuparse de las cosas de Dios.

De esta forma, Jesús confirma a su madre que ya sabe su origen y misterio, que ya se relaciona con Dios como su Padre. En este sentido La Madre se siente descubierta gratamente de un misterio que anticipaba con mucho al pequeño Jesús.

El evangelio nos narra cómo se resolvió la escena de Jesús perdido y hallado en el templo: Jesús volvió con sus padres a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Y en su Corazón Inmaculado, María guarda todas estas cosas con amor. Veamos que la cumbre de este episodio no es la sabiduría con la que Jesús hablaba a los doctores del templo, ni siquiera el reclamo de María, sino el propio diálogo de la Madre con el Hijo en presencia de José. Cada miembro de esta familia pudo vibrar de manera diferente mientras el plan de Dios se les explicitaba. Creo que el Sagrado Corazón de Jesús quedó sujeto al de María, por el amor.

 

Señor Jesús:

Gracias por enseñarnos a entender de corazones, por mostrarnos esta forma bella de vivir en familia, sujetos por amor.

Ayúdanos en nuestra familia. Que vivamos sujetos el tiempo suficiente para encontrar tu voluntad y para acompañarnos en tu misterio. Amén.

 

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