Sábado 30 Noviembre
San Andrés Apóstol
Mateo 4, 18-22
~ Y ellos al instante, dejando las redes, lo siguieron ~
Andrés debió ser un hombre inquieto, curioso y abierto al mundo. Una vez que siguió a Jesús, se convirtió en el Apóstol de los griegos.
Entendió de un solo golpe que para seguir a Jesús liberador no eran necesarios otros ritos, sino Ir con Él, seguirlo yendo detrás de Él.
Andrés y su hermano Pedro fueron los primeros discípulos alcanzados por Jesús en la ribera del mar de Galilea. La llamada a seguirlo pudo ser entendida por ellos mismos como una invitación a salir de su condición reducida, para empezar a ayudar a otros a salir también. Esta llamada contiene un sentido de éxodo, de liberación.
El objeto material de la misión es pescar hombres. Es decir, juntarlos para que trasciendan su vida y la de los demás.
Cuando Jesús voltea y les hace la pregunta clave: “¿Qué buscan?”. Y ellos responden “¿Dónde vives, Rabí?” dicen entre líneas: “No buscamos algo, te buscamos a Ti”. Jesús dice: “Vengan y lo verán”, porque el camino para conocer a Dios no es la sola razón, sino la experiencia personal, la experiencia de la comunicación gozosa de la persona interior.
Ir con Jesús, después de dos mil años, puede abrir para nosotros un horizonte inagotable de alegría y libertad; pero hay que ir tras Él y seguirlo a Él, pisar sobre sus huellas. Igual que como fue para los primeros, debemos dejar todo lo que impida este nuevo proyecto. Mateo nos enseña en este evangelio que Jesús y su reino son un valor absoluto. Seguir a Jesús no es solo un medio para salvarse, sino un fin en sí mismo.
¡Vayamos con Jesús!
Oración:
Señor Jesús ¿Dónde vives?, déjanos pasar en familia hasta el lugar íntimo de tu vida. No permitas que caiga el día y que nos encontremos fuera. Que desde nuestro hogar mediemos con quienes no te conocen y seamos así pescadores de hombres. Amén.